lunes, 27 de abril de 2015

Coloquio con la luna.

Como ya era costumbre de mis noches, atravesé el portal de mi casa y fui a verla, esta noche mi amiga parecía más lejana que nunca, pero aun así su luz abrigadora y al mismo tiempo fría seguía acompañándome. Yo le contaba los vericuetos de mi vida, los momentos felices y los problemas.
Después de un día de misa, la abrume con mis dudas sobre Dios. Mi familia creyente en demasía lo sabía, pero su preocupación no era tanto como para preguntarme la causa de mi incertidumbre
Qué difícil se vuelve la vida- le dije- cuando ya no crees en Dios o peor aún, cuando dudas de él. Sin esperar el por qué imposible de ella seguí
Ella me dijo que no es cuestión que sea  real o no Dios, es cuestión de sentirlo.
Que importa los miles de pruebas que hay de su existencia o inexistencia,  en vano miles de personas han intentado hacerlo, menos mortificante es la descomunal fe y listo.
Era cierto porque yo lo sentía, su invisibilidad y su presencia obvia, pero ahora hago un esfuerzo sobrehumano para creen en él. Y otro más que sobrehumano para amarlo, porque aunque no puedo decir que no creo en el, por el maldito beneficio de la duda,  amarlo, ver con un objetivo(más allá del sin objetivo) ser feliz o ser  triste, se volvió....muy lejos de mis posibilidades.
-Tendré que seguir adelante- le dije- sin nadie sepa mis pasos antes de si quiera existir un camino para realizaros, ni sepa lo que está al otro lado de la puerta, sin recompensa por mis buenas o malas acciones.
Ella  estaba segura de que mi infelicidad ante la  vida era porque me negaba a creer en él, y yo le decía que aun creyendo en él, mis problemas no se iban a ir, y tampoco podría ser feliz porque mi infelicidad radicaba en mi mismo. La desdicha inexorable no podía quitármela nadie. El peso de la conciencia no se me iba a curar así.
-Quizás-le dije- la libertad no es algo que me siente muy bien.
Aunque estaba en tal estado no iba a permitirme creer por miedo a lo que podría ocurrirme.
-Si crees por miedo, no cuenta-dije cerrando los ojos y dejando un suspiro como símbolo de resignación inquebrantable.
También le conté la situación con Fisgon.
 “Me abandonaron otra vez, y no dijo adiós, para que lo esperara siempre.” Desde que él se fue, no incurrí en la promiscuidad como lo había hecho con los anteriores. Solo me puse a leer intentar e intentar escribir.(como si eso salvara)necesito algo que me salve cuando ya no pueda salvarme la literatura. Ella entendía que los libros me hacían daño pero también sabía que no encontraba mejor refugio que en ellos.

Ya una indiferencia profunda había abordado mi corazón, una indiferencia al mundo parecida al deseo de morirse.

martes, 7 de abril de 2015

El Espejo Negro.

-Es extraño- dije- aunque haya luz, ésta no acaba con la sombra.

-¿Eh?.Otra vez con tus razonamientos raros.- dijo Aimé

-Pero pensalo che,-dije- la sombra esa cosa que es producto de la luz y paradójicamente es oscura, es un terrible espejo negro, se parece al fuego, al agua y al aire, porque existen por si solos y siempre han existido.
-    -Al igual que Dios- dijo entusiasmada Aimé, como si hubiese descubierto una verdad sobre el mundo.
-    -Con la diferencia -dije- que a Dios no lo vemos, a la sombra, inexorablemente, sí.
-   Todo esto empezó cuando era pequeño, le temía a la oscuridad, siempre dormía con la luz encendida,  miraba a la pared, y estaba ella, asechandome otra vez, imitándome a mi y al oscuridad que tanto temía, y también me tuve miedo porque yo la provocaba, la permitía yo era esa sombra, esa oscuridad.
-    -Ahora eres grande y viejo y sigues con tu miedo.-dijo Aimé.

-   -Nunca le dejare de temer es como una pequeña dosis de oscuridad puesta en mi, que no se acaba ni aunque prenda la luz.

domingo, 5 de abril de 2015

La Fiesta de la Escopeta.

Habían pasado cuatro años desde que un humilde campesino cambió el común significado  de la escopeta, en vez de  matar a un hombre mató a un conejo,  vio que era bueno, y desde ahí la escopeta se utilizó  para la caza de aves, conejos, liebres, etc.
Esta arma de fuego se volvió tan importante para los habitantes de nuestro pueblo, que decidieron  rendirle homenaje organizando una fiesta en la cual todos por orden del gobierno deben presentar un regalo que denote nuestro  agradecimiento a la escopeta, y si no lo hacía la misma escopeta terminaba con sus vidas.
Y yo como soy escritora, me adjudicaron la tarea de escribirle a ella.
 Me era difícil,  nunca he podido escribir sobre lo que no siento, y no creo poder nunca, nunca admire la escopeta, ni la venere, solo era  una simple cosa que les permitía no morirse por hambre, pero no suprime a las otras causas de  muerte, y aunque ridículo y egoísta mi razonamiento seguía sin interesarme esta fiesta.
Fui a la oficina del alcalde y le dije.
-Sabe que yo no soy una esclava  como ustedes, yo soy libre.
Apenas termine de decir esto, el alcalde emitió una rencorosa e irónica sonrisa. Luego llamó a los guardias y arremetieron contra mí, agarraron mis brazos, yo vociferaba y hasta creo lo mordí.
Me llevaron a un calabozo oscuro,  con paja y ratas, en donde ni la luz de la luna entraba. Pensé que sin contar  la compañía roedora estaba sola pero a unos cuantos pasos de mi estaba un hombre andrajoso y vestido con harapos sostenía un papel y una pluma, parecía haber estado mucho tiempo allí.
-¿También te obligan a escribir? Le pregunté.
-Antes solo escribía cuando me sentía desdichado,  ahora todo el tiempo soy desdichado porque estoy aquí y porque me obligan a escribir sobre algo que no quiero.
Lo mismo me sucede- le dije- Esa escopeta  sin disparar ya descarga sus proyectiles sobre nuestras alas, sobre nuestra libertad.
El chico al igual que yo no tenía nada escrito a excepción de unas cuentas maldiciones e  injurias hacia las personas y la escopeta.
-¿Qué haremos?- le dije- o escribimos o nos morimos
-Moriré con la pluma en alto - dijo- espero a la escopeta.
-Yo también - le dije.

Y así lo hicimos.

jueves, 2 de abril de 2015

Los Males.

La manecilla pequeña del reloj  estaba fijada en el número seis, cuando Mark se sumó a la lista invisible de Ignacio Brosnoli.
Fue y dijo:
-No duermo, el sueño ya no me quiere, no viene.
Una vez más Ignacio preguntó:
-¿Causa?
-El día y la noche, el continuo hacer y deshacer de la vida, los sinsabores de una alegría maltrecha.
Y cómo único consejo:
-Toma pastillas.
El día anterior, Guido Detroski le confesó su aparente mala suerte en el amor
-Me gustan pero su recuerdo me gusta más, no son ellas, soy yo, las conozco vamos al cuarto , me enamoro y le digo adiós y lloro como el niño a quien le han quitado su mejor amigo de apenas diez minutos de conocido.
Y como consejo:
-Deja te de enamoramientos, mejor si lo metes y no prometes.
Charles fue después de Mark:
-Hay alguien más que yo en mí, es otro yo, solo existe en mis pensamientos, cuando hablo soy uno, cuando pienso soy otro. No fuese tan malo si pudiera decírselo a alguien pero me está vedado y no sé por cuál de los dos.
-Tienes que ir a un psiquiatra.
Luego vino Spencer
-Lloro, la otra vez me dijeron ‘inconforme con quien eres’ y fueron 30 minutos de lagrimas impúdicas, ciegas porque estaba con mi madre y hermanas, no se apiadaron, me dejaron la cara corrompida de formas extrañas , ojos y nariz de un rubi sin brillo con olor a fétida sal y mocos verdes pegajosos.
-Razón- preguntó su amigo.
La mayoría de veces he llorado por insultos como ese y quizás no sean realmente insultos solo que saber que los demás reconocen mi debilidad, me agravia, me extenúa más. Me parezco a la tortuga que jamás sale de su caparazón excepto cuando miran su lado oculto, hasta para ella.
El hecho aquí (ya entrevisto) es el don de escucha y consejería inútil de Ignacio que ejercía en los amigos, en los amigos de los amigos y conocido de los amigos y conocidos de los conocidos.
Reparándose de los consejos indiferentes que daba a los desdichados,se arriesgó al método menos practicado (y es entendible el porqué) por cualquier psicólogo o psiquiatra, admitiendo la débil esperanza de lograr comprobar su teoría de que en un problema de un hombre están las causas de infelicidad de todos los hombres.
Quería engendrar intencionalmente en él mismo los problemas de cada uno de ellos y obtener la fatídica solución para luego suministrarla a sus amigos.
El orden no importaba.
Fue al burdel más cercano y se aventuró en el mal de Guido; la desgracia del amor.
-Vamos a mi casa, es mejor que aquí –le dijo a la muchacha flaca y blanda a fuerza de tantos ultrajes por viejos adúlteros. Ella aceptó.
Fue un sexo escueto, con sabor a residuos de otras pieles y la inocencia de alguien quien nunca antes ha amado.
No requirió una alteración de sus fuerzas para incurrir en el insomnio, Pensaba y repensaba en el sucedo de hace unos minutos, y en el GRAN problema en que se había metido, quizás desprovisto de solución.
Ahora, el otro mal: llanto, Para el casi indolente Ignacio esta suponía ser la más ardua tarea.
Esa incertidumbre se esfumó cuando la muchacha al día siguiente se marchó.
No sé si Brosnoli logró enamorase, creo que él tampoco lo supo, pero lloró. Lagrimas puras bajaban de sus ojos somnolientos, las gotas de agua más tristes y primeras y últimas de alguien que ve a la única mujer que nunca quisiera, cerrar la puerta. Lagrimas insoportables para unos ojos estoicistas. Lagrimas que se confundían en los días en que el cielo lo perforaba con su lluvia. Y la gente miraba indiferente.
No importa, jamás lo volveré a ver –seguro pensaban.
Quieto en su cama Brosnoli mira el dibujo de las moscas en el techo, oye el rugir del viento. En las lentas horas se entretiene con un libro que jamás termina. Y ahí es cuando te cobran el precio por tener memoria o más bien, porque el corazón elija y no tu cabeza. Empiezan los va-i-vén, los sí y no del amor, los no siento pero no hinques el recuerdo que cualquiera siente su aguja. Ya había tomado pastillas pero en vano son éstas si lo que se quiere es dormir al corazón.
Brosnoli estaba ansioso, iba a llamar a un amigo para contarle sus recientes aflicciones pero se detuvo en el recuerdo del último y más raro mal, el de Charles.
La individualidad para él y para muchos es tema muy difícil, y más cuando se es consciente de ella. El silencio es la forma de soledad más triste, te encierras en una mente que no deja salir chillidos de palabras, te abruma y sigues caviloso sin caer en cuenta de lo que estás haciendo, y de ese acto tan extraño y tan de siempre es de lo único que nunca nos vamos a despojar. Todos los anteriores males habían atacado a alguien que tenía los labios sellados invisiblemente por el silencio, el mayor sellador.
La voluntad tuvo un extraño y tenaz papel en el asunto, porque se había enamorado otrora, había  llorado otrora, había insomniado otrora, pero lo que falto hacer otrora fue probar, y más que eso, saborear el arte del silencio.
No se excedía en el egoísmo de contar sus pesadumbres pero nunca un dolor digno de proferir se retuvo al silencio.
Descartando males dio con el problema de su teoría:
El amor no correspondido con un grito a los mil vientos podía apaciguarse.
El insomnio despertando a otro no se siente.
Las lágrimas si alguien las sabe secar son un agradable mal.
Inevitablemente quedó el silencio.
El silencio- se dijo- sólo lo apaga la muerte.
Entonces fue y termino con él.















lunes, 30 de marzo de 2015

La estilográfica.

La estilográfica de tinta negra había sido, por muchos años, la única acompañante, y me atrevería a decir, amiga  de Ariosto, su amiga le permitía dibujar las letras que su corazón huraño le dictaba.
En la mañana de un miércoles de ceniza ese artificio iba a dar sus últimas exhalaciones.
El ensimismado Ariosto acometió contra su fornido pecho con su desusado puñal egipcio con grabados, que jamás se preocupó por descifrar
Por suerte dejó una nota que decía:
Se le acaba la tinta y yo no aguanto la soledad.

jueves, 19 de marzo de 2015

Y sólo por toda esa poesía.

Los callados espejos eternizan
la carne y hueso
El alma sabe que está sola
y es una y todas
Las ojeras son leñas que aposentan al ojo
se vuelven tristes, porque no tienen historia,
no tienen:
razón,
sin razón
ni argumento ofensivo
y peor defensivo.

Y solo por toda esa poesía
las manos se rompen,
se  acaban tintas
nos quemamos los sesos,
la pluma dibuja letras poesídicas
buscan la palabra pero ya se ha ido
quizás el pájaro se la ha comido

jueves, 12 de marzo de 2015

Kevin Carter.

Leyendo un cuento sobre puñales y hombres  recordé del suicidio del fotógrafo Jhon Carter, aquí haré un alarde literario. Aumentare y disminuiré la realidad del hecho.
Carter viajo en 1933 al sur de Sudán acompañado de su grupo de congéneres fotógrafos “ El bang ban”. Carter y uno de ellos Joao Silva fueron a un Feed Center de la ONU donde personas afectadas por los estragos de la guerra descansaban. Como todo solitario Carter se separó de su amigo para tomar fotos, porque era un fotógrafo de catástrofes humanas, la anestesia a sus problemas era fotografiar  otros problemas, los cuales al llegar a casa lo hacían llorar. Detrás del lente de la cámara, cuya función como máscara es esconder el miedo.
 A una legua de distancia de una niña huesuda y con el brazalete de la organización, acuclillada con la cabeza baja se posó un buitre, nadie sabe si hambriento. Carter, procedió con desdén a capturar el en ese tiempo tranquilo paisaje.
Años después el fotógrafo recibió el premio Pulitzer por la foto símbolo de la pobreza, el capitalismo y los miradores indiferentes, por la que aparte ganó fama y casi fue la causa de su muerte.
Una estampida de conciencias heridas acarreo a Carter, ellas decían:
<<el buitre es él, tomo la foto y no hizo nada para evitar que se la comiera el otro>>
Después de recibir el premio, Carter escribió la nota, luego camino hacia el lago donde, dice, había sido feliz en la infancia. Se sumergió y no sé a los cuentos minutos murió.
Sin importar la foto,  él tenía problemas personales, no le gustaba que los demás conocieran sus miedos y debilidades, Si lloraba ante los demás era porque los demás lo veían llorar y ya no podía contener más las lágrimas. A más de esto  no tenía dinero, su trabajo como fotógrafo solo le alcanzaba como para no vagabundear por las calles, vivía de la pobreza de sus flashes.
Él ya había prefijado su muerte antes viajar. Incluso, solo viajo para poder morirse según él, dignamente y sin controversia.

La foto fue el subterfugio para su suicidio. Para no deshonrar su reputación, para que no supieran que era débil y que no podía con la vida. Y creyeran que fue culpa de ellos, por tantos vituperios.

domingo, 22 de febrero de 2015

Hoja Seca.

Me gusta pisar las hojas secas
de esas que caen en inviernos como éste.
Son:
lluvia fresca
silenciosa
marchita
muerta
Así vamos nosotros, estamos en el árbol,
luego nos secamos, nos chupamos el color
a tal punto que la vida se nos cae
y para conmemorarlo
las pisan, nos pisan, nos pisamos
cual hoja seca en la tremenda floresta del mundo.

viernes, 20 de febrero de 2015

Primer Poema de Amor

Cállate los ojos
Que ríos pedregosos se vislumbran
En el fondo claroscuro de tu pupila.
No te los calles, mejor quítate los
Así las flores no tendrán espejos
Ni mi corazón un jardín al mirarte.
Quítate esos ojos tristes, que Dios jamás creó
La desaforada elegancia de tu abismo.
Cierra los ojos,
Deja que caigan y le hagan sombra la arboleda de tus pestañas
Y que nunca falte la lagaña
Que te acuse de soñar me hasta la médula de las entrañas.
Y que no se te olvide la voz,
Armonía flotante de luctuosas notas líricas
Que solo consigo apaciguar al rozar tus labios.
Arráncate el complejo de tristeza dominguera por la noche.
Por ti la Blanquecina luna ya no quiere salir.
Le robas su lúgubre esplendor de años de dedicación.
Suelta el atributo que tienes para dejar de contar el tiempo por días
Y reducirlo s a respiraciones lívidas entre gemidos y latidos acelerados.
Quédate lejos,
Ahí en el fondo donde el olvido pueda verte
Hasta él logrará recordarte.


Segundo Poema de Amor.

Pero dime que amo de ti
¿Un sol oscuro que solo sabe iluminar demonios?
O  el espejismo de ver el cielo en un alma avinagrada por la sal de los años?
Que será de la poesía, del arte poética
Cuando el viento deje de nombrarte en una cálida brisa de mar mañanero,
De la lánguida lagrima desanimada por salir a  caminar por la mejilla;
Tiene miedo de no terminar en la forma del amor que tiembla en los labios: sonrisa.


Cuéntame,
Porqué tu rostro se tiznó con risas calladas
Porqué tus huesos pesan como muerto si estas vivo
Las palomas te cierran sus alas, los cuervos de Poe  te las abren.
Sublunar te has vuelto,
Bajo el espejo del tiempo.
De lloviznas nacen los presagios
De temor las supersticiones de los hombres

Y para mí, de tu corazón un imán sin nombre.

jueves, 19 de febrero de 2015

Soledades de los personajes de Cien Años de Soledad (Gabriel García Márquez).

José Arcadio Buedía: Soledad de científico químerico.
Úrsula Iguarán: Soledad de hacer y deshacer recuerdos, soledad de improperios reprimidos.
Amaranta: Soledad de cobardía para amar, soledad de costumbre de soledad.
Coronel Aureliano Buendía: Soledad de incapacidad para amar, soledad de nostalgia de guerra.
Rebeca: Soledad de viuda.
Pilar Ternera: Soledad de puta.
Los 17 Aurelianos: Soledad  de solitarios heredada por llamarse Aureliano.
Arcadio: Soledad de valiente heredada por llamarse Arcadio.
Santa Sofía de la piedad: Soledad de invisibilidad y de existir solo en el momento oportuno.
Aureliano Segundo: Soledad de despilfarro, soledad de recuerdos impávidos.
Jose Arcadio Segundo: Soledad de valiente heredada por llamarse Arcadio, soledad de científico químerico, soledad de cautiverio interior.
Remedios, la bella: Soledad de invulnerabilidad ante el mundo, soledad de santa.
Remedios Renata(Meme): Soledad de mucho amar, soledad de recuerdos tormentosos, soledad de luto interminable por ausencia.
Jose Arcadio: Soledad de otoño, de triste, de solitario y de miedo.
Aureliano Babilonia: Soledad de sabiduría eniclopedica, soledad de hermético, soledad de indiferencia con el mundo.
Aureliano: Soledad de bebe con cola de cerdo.





viernes, 6 de febrero de 2015

DE QUE SEGUIRÉ VIVIENDO.

Es irrevocable; el presente es mi único destino
pasará conmigo día a día, noche a noche.
me acompaña, yo no a él, yo solo soy su sombra
que lo viste desde la ventana sin cortinas
Años de peregrinación me esperan, 
y con sus huellas se construirá el olvido.
Años de ojos propios
que miran al espacio y al tiempo con extrañeza antigua.
Años de prosa desarreglada
sin verso con métrica que la equilibre.
En vano corre en tiempo si corre en círculos y no deja el laberinto.
Mi nombre de 7 letras, es una sentencia que encadena los pies a la Tierra, de este lado.
Yo se que será
pero me obligaron a ver no a apreciar.

domingo, 1 de febrero de 2015

OTRO POEMA DE OTROS DONES

Gracias quiero dar a Dios
por el mundo redondo y universos paralelos hasta el día desconocidos.
por la vigilia eterna de una madre y
por la imitación de ella en el padre.
Por el espejo que nos revela la carne y cara que no somos.
por la soledad que nos revela la carne y cara que sí somos.
por la belleza que nos permite hablar de poesía
por la poesía que nos permite sentir la belleza
por la risa que nos distraen del sufrimiento
por el bien y el mal que rara vez difieren
por el interminable colegio, acometedor de crónicas inolvidables
por las buenas personas que no saben ser buenas amigas
por los sueños, especialmente los de Borges, creadores de los sueños de otros.
por los que piensan más y son menos
por la divinidad del cielo gris que promete la lluvia
por el secreto del mar, oasis, desierto y  morada proliferante de criaturas innumerables
por el futuro que esta en la memoria
y por el pasado que esta en el recuerdo
por la crueldad de no saber ser
por los días y noches que me pasan 
y a los demás también pero mi ser unánime no puede darse cuenta
por el inconsciente, sensor único de los sueños y cosas inefables para el lenguaje
por Whitman, Francisco de Asis y Borges que ya escribieron el poema y que todavía no llega al último verso ni llegará, tan infinito es como infinito es el universo,o más.
por el amor, artilugio que sirvió para desentrañar mi destino paradójico.
por el dolor de ser vivo de Ruben Dario
por la descendencia poética
por el vino rosado de las tardes que anuncia la noche
por los minutos ocultos que preceden a la muerte jamás contados por nadie.

miércoles, 21 de enero de 2015



EL GRAN MOGOL Y EL TAAJ-MAHAL.
En el siglo XVII en India, de la dinastía de los grandes Mogoles como Tamorlan   <<El azote de Dios>> que hizo temblar al mundo oriental y recibir a la vez felicitaciones de los europeos  se encuentra el Gran Mogol Shah-Jehan. Nieto de Akbar <<El victorioso>>, emperador indostánico musulmán, artista, guerrero, árabe barboso con el pecho cubierto de collares de perlas, rubíes y zafiros que penden de su cuello como islas de un océano con el turbante de múltiples colores y un diamante en el centro con plumas de pavo real para satisfacción de la vanidad. El príncipe Shah.-Jehan creció y se desarrolló en el palacio de su Abuelo en Delhi, capital de las Indias. De calles rectas y anchas, ruidosa por las risas abiertas de las mujeres que a diferencia de las otras mahometanas ríen sin miedo de ser vistas y castigadas por los prejuicios de los hombres.
La casas de Delhi con amplios miradores son la estancia para sus habitantes que se sientan a fumar pipa y pasar sus tardes con el gentío. Los toros, búfalos, elefantes, vacas pasean estrepitosamente con ánimos de deidad pero asustados por el bullicio de los transeúntes pensantes. Sus músicos  al son de las violas campestres adornan el ruido y lo apacientan. Los mercaderes que carecen de tiendas llevan sus mercancías a las calles,  llevan una vida doble llenos de injurias y rachas para sus congéneres y de hipócrita generosidad oriental para los extranjeros  en especial para los estadounidenses debido a las incontables riquezas que han escuchado de su país. Los reverencian, les regalan joyas y se decepcionan cuando estos rehúsan a comprarlas.
La belleza del Delhi se concentra en “El  palacio de Delhi”. Una doble muralla de granito rojo y torres rematadas en cúpulas, de enormes dimensiones, sus cuadras tienen espacio para diez mil tropas de caballos, sin olvidar a los elefantes destinados a pelear con los tigres y a servir de montura para los invitados del Gran Mogol que iban cargados de regalos, ansiosos de estar en presencia del majestuoso emperador. Todo aquel que hablase con el emperador Akbar <<El victorioso>> por ley tenía que recitar sin refutar una oración llena de florituras y metáforas sobre él.
Un día cuando Shah-Jehan irrumpió en el diván, salón en donde Akbar recibía a sus súbditos, funcionarios y designados de su cortejo, sentado en su trono de oro macizo  llamado Pavo real cubierto de piedras preciosas como esmeraldas, rubíes  que ocupaban hasta el dorsal. Un funcionario pronunciaba las poderosas  palabras de su oración:
Sol de la felicidad y del poder
Esplendor de magnificencia imperial…
Se quedó como la estatua a su derecha, en seco y con  los ojos fijos. No recordaba las siguientes hipérboles. El emperador rojo de cólera mando a sus soldados a degollarlo y traerle su cráneo para utilizarlo en sus monumentos futuros y servir de muestra para los rebeldes y desmemoriados que se olvidaban de la santísima oración. Shah- Jehan con apenas 16 años, siendo príncipe ya observaba los castigos que su abuelo Akbar imponía. Él que gozaba de un corazón débil inservible para su futuro puesto como emperador, sentía aversión por estas obscenidades.
­ —Majestad, toda vida es sagrada, sea cual sea la casta que revista.
—Mi querido Shah-Jehan una rupia no es lo mismo que mil rupias, así como estos no lo son con nosotros.
Al príncipe no le quedaba más que mejorar su postura en el trono pequeño a comparación del Pavo Real y aceptar los decretos del emperador.
 Si bien toda vida era sagrada, la inverosimilitud  que Shah- Jehan encontraba en el pueblo Indostánico casi lo hace cambiar de opinión. La veneración desenfrenada a los animales, a  las vacas, toros, búfalos serpientes y demás. Ellos desfilaban por las calles y  los veneradores se postraban a adorarlo. Quien estorbaba el paso de uno de los sagrados animales era castigado condenándolo al encierro.
En las visitas del príncipe a los mercados de la ciudad vio disfrutar de las aguas del río Yamhuna a un indostánico semidesnudo, distraído de la Naja (serpiente celebre en India) que se encontraba al lado de éste. Cuando abrió los ojos le pareció ver al diablo y a dios en el mismo ser, la Naja de cuatro ojos, capuchón manchado  y dientes como cuchillos con veneno no tenía miedo. Ella y todos los animales se dejaban agarrar sin recelo porque el respeto de los indostánicos hacia ellas había acabado con su instinto atacante, con su alarma natural. El indostánico cedió, no gritó, era fuerte pero no hizo lo que la rabia de un hombre libre hace. Luego vino la reverencia del privilegio de ser mordido por una serpiente, en especial una Naja.
Shah-Jehan se sentía como un anacrónico pez fuera del agua, como una serpiente sin respeto, como un brahmán pacifista, pensar siquiera en otra religión que no fuese la suya, era  más blasfemo que lo del pez y  la serpiente. El joven príncipe siguió creciendo, sobre todo en sabiduría y entendimiento, tomó como maestro y guía al Rey Salomón, el cual decía: Nada bueno hay bajo el sol, el destino de la humanidad es un destino común, la maldad y la bondad no importan cuando termina en polvo y cenizas.
 Pero también el rey Salomón manifestaba:
Anda, come con alegría tu pan
Y bebe de buen gusto tu vino que Dios está contento con tus obras.
Vive la vida con la mujer que amas 
Todo el tiempo durante tu existencia.                   
No puedo hacer preterición a las palabras; Con la mujer que amas.   ..
No era soledad, no. Era su insomnio sin dedicación. Sus turbantes y ropas limpias sin motivo,  los múltiples elefantes con una sola montura, sus joyas más brillantes que el sol, los súbditos sumisos, los banquetes demasiado fastuosos que acababan en desperdicio. Nada servía para vivir la vida que Salomón decía y que en el fondo, quizás, él quería.
Le comunicó a su abuelo Akbar <<el victorioso>>. Extrañamente éste no objetó sino que adelantó “El día de la elección”, pues la tradición es que el príncipe heredero del imperio Mogol elija a quien desposar a los 21 años, no a los 17.
Venían de todos lados a su cita pre-conyugal. La primera en audicionar en el diván fue la princesa Mirha. Piel cobriza, ojos saltones de vaca, lunar indostánico en medio de la frente, ancha de caderas y fina de cintura, la misma esencia juvenil  de Jade de “Los mil y un días”. No atrajo la atención del príncipe más que por su belleza.
Habían pasado 20 participantes y ninguna conseguía o  él no conseguía que ninguna moviera su frágil corazón. Hasta que la princesa Taba de la ciudad de Ceilán, el gran centro  budista llegada de Europa, culturalizada, de indumentario blanco que la cubría de los pies hasta el cuello seguido por un velo seguido por un turbante blanco. Toda ella parecía cristalino y puro excepto por las cuerdas vocales graves de hombre Cingalés  que la sacaron a estruendosos gritos del salón.
Shah- Jehan sintió vergüenza y desesperación
Después de un rato se presentó la número 22. Ella no pudo pasar desapercibida por la vista del heredero e incluso del indiferente Akbar.
Arjumand Banu, mujer de ojos rasgados en forma de Almendra de todas las beldades orientales, tez de leche y rosas, indumentaria sencilla con el toque actual de las mujeres de Delhi.
El príncipe Shah-Jehan no la quería, absurdo decir que sí. El amor a primera vista no existe, solo es una buena primera impresión queriendo aparentar aún más.
No la amaba pero estaba dispuesto a hacerlo, y ese compromiso  vale más que sentir la ilusión vana y efímera. La suntuosa boda se celebró en el mismo castillo de Delhi, no menos de 2000 invitados. La mayoría  correspondiente al clero del príncipe. Con encantadores de serpientes como entretenimiento principal, haciendo bailar a las sapwallas para después dejarlas libres por toda la pista. Para lástima del ya gran amor que él adquirió por su esposa Arjumand Banu, digo adquirió porque pese a que el amor a primera vista no exista es el único que se siente aunque el tiempo lo enajene, los demás se adquieren y va enajenando al tiempo mismo. Su feliz matrimonio no sería como el precepto de Salomón ‘para toda la vida’. La princesa esposa estaba enferma. Varios médicos de las afueras de la ciudad la visitaron, ninguno logró dar con el nombre de la rara enfermedad. Fiebre, tos sangrienta, dolor corporal intratable hasta para las hierbas mágicas de la región. Shah-Jehan, consciente del terrible momento que no sería solo momento sino eternidad, la muerte inmortaliza como nadie. Comenzó el casi interminable proyecto de crear una poesía con estructura de palacio. Fúnebre, grande y majestuoso que intente enaltecer y  dar gracias a la emperatriz por haberlo amado y  permitirle vivir su vida con la mujer que amaba.  Es así que  El TAJ- MAHAL de los desiertos de una ciudad como Agra se erigió.  El responsable de la diseño fue el arquitecto Ustud-Isa. Se necesitaron más de treinta mil obreros cuyas manos trabajadoras y sucias fueron cortadas para que no se atrevan a replicar al inmejorable palacio.
Su diseño fue netamente árabe, incluso más  árabe que oriental, cuadrado, una asaz cúpula y cuatro minaretes tomando el lugar de ángulos en la tremenda plataforma que le sirve de base. El elemento principal que hacía del Taaj-Mahal diferente a las mezquitas de la India y del mundo es el mármol blanco y nítido acaso igual a la blancura de la futura difunta emperatriz. El palacio no tenía nombre  Shah- Jehan no se preocupó por eso, el nombre de Taaj Mahal fue invención de los persas quienes sitiaron al imperio Mogol después de la muerte de su emperador. La traducción sería la corona de Mahal. "Mahal" es una derivación corta de Mumtaz Mahal, el nombre real con el que Arjumand Banu reinó.
En las esperanzas más quiméricas del romántico Shah-Jehan figuraba la proporcionalidad del tiempo entre la muerte de su emperatriz y la construcción total del palacio. Pero el tiempo no estaba de su lado, pues ella murió faltando 5 años para terminar el majestuoso palacio-féretro.  Indescifrables fueron las últimas palabras pronunciadas por la agónica emperatriz. Así que la historia no conocería sus, seguramente, sabias palabras. Adolorido pero vehemente invadió una sala roja del castillo de Delhi con velas blancas y un lecho de reposo momentáneo en donde su esposa durmiera por unos años.
Diez años pasaron para que “La construcción del amor” fuese terminada
Ya lista hasta  la brisa que turbia las aguas de El estanque de los jardines del Taaj-Mahal la huesuda reina entró cargada por los brazos del mismo compañero de siempre. El mismo amado. El que le dio al amor una estructura de mármol y minaretes blancos y gracias a este Gran Mogol la generación  de miles de indostánicos, europeos, americanos pasean por su panteón, recordando y codiseando vivir un amor como el de los contiguos a ellos (sí,  ella no era la única habitante, antes de morir el emperador Shah- Jehan ordenó como claustro el mismo que ostentaba su adorada).
El Taaj Mahal,  donde lo hecho por la naturaleza y el hombre parecen no diferir. Por exceso de belleza es algo pueril en fuerza de ser desvirtuado e imitado por descendencias ineptas, pero también la ansiedad y el alivio se repiten y lo más hermoso de nuestra existencia también.
Mientras los que visiten este mausoleo se enamoren y  los que están enamorados dejen su amor morir en  El amor. El Taaj Mahal seguirá siendo el creador de las atmosferas poéticas, de las pasiones. El lugar donde el agua es la primera melodía escuchada por los humanos y se mueven al compás de la redondez de la luna y la llama del sol. Y donde el amor no muere nunca sino entre dos tumbas con una enorme lámpara en medio que arde día y noche.






martes, 13 de enero de 2015

REENCARNACIÓN.

¿El alma también es prestada?
digo, no solo los gusanos de tierra
o buitres de estómago insaciable 
devoran el claustro atemorizado,
escondite del espíritu y de la belleza que sin ojos ve.
¿El otro lado es peor? ¿el limbo no existe?
¿solo es otro lugar con ventanas y cara en la Tierra?
digo, el inconsciente y la memoria,
como el amor y el perdón,
la aurora y el ocaso
¿son venideros disfrutantes del momento?
¿y efímeros elocuentes de eternidad?
¿son estrellas farsantes que explotan 
terminando inconclusa, a veces, una buena o mala vida?
¿Es que no dejan huellas o vestigios( de consolación)?
¿ni en un mismo universo?
¿o acaso nos traga y no escupe?

Bendigo esa duda, sin más
que contrasta a las demás;
ella se sienta y no se va.

viernes, 2 de enero de 2015

OTRO POEMA DE LOS DONES



Gracias quiero dar al divino
Laberinto de los efectos y de las causas
Por la diversidad de las criaturas
Que forman este singular universo,
Por la razón, que no cesará de soñar
Con un plano del laberinto,
Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,
Por el amor, que nos deja ver a los otros
Como los ve la divinidad,
Por el firme diamante y el agua suelta,
Por el álgebra, palacio de precisos cristales,
Por las místicas monedas de Ángel Silesio,
Por Schopenhauer,
Que acaso descifró el universo,
Por el fulgor del fuego
Que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,
Por la caoba, el cedro y el sándalo,
Por el pan y la sal,
Por el misterio de la rosa
Que prodiga color y que no lo ve,
Por ciertas vísperas y días de 1955,
Por los duros troperos que en la llanura
Arrean los animales y el alba,
Por la mañana en Montevideo,
Por el arte de la amistad,
Por el último día de Sócrates,
Por las palabras que en un crepúsculo se dijeron
De una cruz a otra cruz,
Por aquel sueño del Islam que abarco
Mil noches y una noche,
Por aquel otro sueño del infierno,
De la torre del fuego que purifica
Y de las esferas gloriosas,
Por Swedenborg,
Que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
Por los ríos secretos e inmemoriales
Que convergen en mí,
Por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,
Por la espada y el arpa de los sajones,
Por el mar, que es un desierto resplandeciente
Y una cifra de cosas que no sabemos
Y un epitafio de los vikings,
Por la música verbal de Inglaterra,
Por la música verbal de Alemania,
Por el oro, que relumbra en los versos,
Por el épico invierno,
Por el nombre de un libro que no he leído:
Gesta Dei per Francos,
Por Verlaine, inocente como los pájaros,
Por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
Por las rayas del tigre,
Por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,
Por la mañana en Texas,
Por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
Y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
Por Séneca y Lucano, de Córdoba,
Que antes del español escribieron
Toda la literatura española,
Por el geométrico y bizarro ajedrez,
Por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
Por el olor medicinal de los eucaliptos,
Por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
Por el olvido, que anula o modifica el pasado,
Por la costumbre,
Que nos repite y nos confirma como un espejo,
Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
Por la noche, su tiniebla y su astronomía.
Por el valor y la felicidad de los otros,
Por la patria, sentida en los jazmines
O en una vieja espada,
Por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,
Por el hecho de que el poema es inagotable
Y se confunde con la suma de las criaturas
Y no llegará jamás al último verso
Y varía según los hombres,
Por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos
Por morir tan despacio,
Por los minutos que preceden al sueño,
Por el sueño y la muerte,
Esos dos tesoros ocultos,
Por los íntimos dones que no enumero,
Por la música, misteriosa forma del tiempo.




JORGE LUIS BORGES.

1964



I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado,

Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy solo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente

Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta

Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna

Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al sur, a cierta puerta, a cierta esquina




JORGE LUIS BORGES.

SÁBADOS


.
Afuera hay un ocaso, alhaja oscura
engastada en el tiempo,
y una honda ciudad ciega
de hombres que no te vieron.
La tarde calla o canta.
Alguien descrucifica los anhelos
clavados en el piano.
Siempre, la multitud de tu hermosura.

A despecho de tu desamor
tu hermosura
prodiga su milagro por el tiempo.
Está en ti la ventura
como la primavera en la hoja nueva.
Ya casi no soy nadie, soy tan solo ese anhelo
que se pierde en la tarde.
En ti está la delicia
como está la crueldad en las espadas.
Agravando la reja esta noche
en la sala severa
se buscan como ciegos nuestras dos soledades.
Sobrevive a la tarde
la blancura gloriosa de tu carne.
En nuestro amor hay una pena
que se parece al alma.


que ayer solo eras toda la hermosura
eres también todo el amor, ahora.




JORGE LUIS BORGES.

PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA


Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amas
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caída la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


JULIO CORTÁZAR.