miércoles, 31 de diciembre de 2014

MI AÑO.

Quiero que callen a la voz narrativa 
ansiosa por jugar a aceptar el destino de repetir y aumentar
lo que otros ya han pronunciado lícitamente, que no acepta
un si ni un no, pero el no sé la tortura.
La desdicha le camina de puntitas afuera
pero de largos trotes adentro.

Quiero que culpen a los que le dieron por nombre
humanos a las bestias y le negaron
a las buenas bestias el nombre de humanos.
Culpen al sonido del reloj
infinito y persuasivo
que me avisa en cada segundo 
la condena perpetua con el amanecer, vida.
Culpen a los malos amigos, aunque no existan, 
que no me distrajeron cuando el abismo estaba aún lejos.
Culpen a mi mente omnisciente y tenue
que para sobrevivir necesitó matar lo que la mataba.
Culpen a los amores que se desenamoraron y me dejaron
Culpen al bello mar tan vasto
que las alegorías le salen sobrando
pero sobre todo culpen a la mente que esta leyendo esto.


sábado, 13 de diciembre de 2014

Conversando con Nicanor sobre el último brindis.

Contrario a la frase y a lo que muchos piensan, (o los acostumbraron a pensar), el presente no es lo único que tenemos; es lo menos que tenemos, porque el presente no existe sino en la medida en que se hace pasado y ya pasó... como la juventud. Y aunque el mañana es ese día que no llega nunca, es lo único de lo que realmente disponemos, ahora lo incierto es lo cierto.

viernes, 5 de diciembre de 2014

jueves, 4 de diciembre de 2014

Una vez alguien dijo 
que el mar era un libro escrito por el cielo
las islas Maldivas son una prueba de elllo;
el cielo le dejó su firma en la orilla.